DIOS NO PUEDE MORIR

¡Dios No Puede Morir!Una Introducción al Cristianismo Primitivo

Hay tantas ideas erróneas acerca de Dios que es difícil saber donde comenzar. Sin embargo, el titulo de este ensayo “¡Dios No Puede Morir!” es un buen lugar para empezar. De hecho, es la base para una introducción al cristianismo primitivo.
Jesús dijo una vez a una mujer que no era judía:
Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación se origina de los judíos. (Juan 4:22)
Él mismo siendo judío, sabía que el entendimiento que los judíos tenían de Dios era lo correcto. ¿Qué era, por lo tanto, lo que los judíos del tiempo de Jesús creían acerca de Dios? En realidad, ¿qué era lo que Jesús creía acerca de Dios? Encontrar la respuesta a esta pregunta nos ayudará a que ‘adoremos lo que conocemos’ como Jesús hacía y esta información solo se encontrará en la Biblia.
Nosotros podemos empezar con una simple declaración hecha por el profeta Habacuc unos 600 años antes que Jesús viniera a la tierra.
¿No eres tú desde mucho tiempo atrás, oh Jehová? Oh Dios mío, mi Santo, tú no mueres. (Habacuc 1:12)
Esto quiere decir que el Dios de los Judíos existía antes de todos los tiempos. Él siempre ha existido y siempre existirá. ¡Él nunca muere!
Otras Escrituras que Jesús y los Judíos creían acerca de este entendimiento básico acerca de Dios puede encontrarse en los siguientes versículos:
Bendito sea Jehová el Dios de Israel desde tiempo indefinido hasta tiempo indefinido. (1 Crónicas 16:36)
Bendito seas, oh Jehová el Dios de Israel nuestro padre, desde tiempo indefinido aun hasta tiempo indefinido. (1 Crónicas 29:10)
Levántense, bendigan a Jehová su Dios desde tiempo indefinido hasta tiempo indefinido. (Nehemías 9:5)
Acuérdate de tus misericordias, oh Jehová, y de tus bondades amorosas, porque son desde tiempo indefinido. (Salmo 25:6)
Bendito sea Jehová el Dios de Israel desde tiempo indefinido aun hasta tiempo indefinido. Amén y Amén. (Salmo 41:13)
Antes que nacieran las montañas mismas, o tú procedieras a producir como con dolores de parto la tierra y el terreno productivo, aun de tiempo indefinido a tiempo indefinido tú eres Dios. (Salmo 90:2)
Tu trono está firmemente establecido desde mucho tiempo atrás; eres desde tiempo indefinido. (Salmo 93:2)
Pero la bondad amorosa de Jehová es de tiempo indefinido aun hasta tiempo indefinido para con los que le temen, y su justicia para los hijos de los hijos. (Salmo 103:17)
Bendito sea Jehová el Dios de Israel desde tiempo indefinido aun hasta tiempo indefinido. (Salmo 106:48)
Daniel respondía y decía: “Que el nombre de Dios llegue a ser bendito de tiempo indefinido aun hasta tiempo indefinido, porque la sabiduría y el poderío—porque pertenecen a él. (Daniel 2:20)
Cuando la Biblia dice que Dios es “de tiempo indefinido aún hasta tiempo indefinido” en realidad quiere decir que Dios siempre existía en el pasado, Él siempre existe en el presente y Él siempre existirá en el futuro. ¡Él nunca muere!
Esto es muy importante para entender. ¿Por qué razón? Porque el apóstol Pablo, guiado por el espíritu santo, nos dice:
Además, sin fe es imposible serle de buen agrado, porque el que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que llega a ser remunerador de los que le buscan solícitamente. (Hebreos 11:6)
Exactamente ¿quién es este Dios que debemos creer “que él existe”, es decir que siempre ha existido y siempre existirá?
Cuando nosotros queremos saber algo de alguna persona y no sabemos quien es esa persona, ¿qué es lo primero que pedimos? ¿No es cierto que pedimos el nombre de esa persona?
Eso nos lleva a una idea básica que la mayoría de la gente tiene acerca de Dios. La mayoría de las personas que adoran a Dios le dan el nombre equivocado. Si nosotros queremos ‘adorar lo que conocemos’ como Jesús y los Judíos lo hacían, debemos dar a Dios el nombre correcto.
Consideremos los siguientes versículos para ver que nos enseñan:
Para que, de común acuerdo, con una sola boca glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. (Romanos 15:6)
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de tiernas misericordias y el Dios de todo consuelo. (2 Corintios 1:3)
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en unión con Cristo. (Efesios 1:3)
Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento exacto de él. (Efesios 1:17)
Damos gracias a Dios el Padre de nuestro Señor Jesucristo siempre que oramos por ustedes. (Colosenses 1:3)
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque, según su gran misericordia, nos dio un nuevo nacimiento a una esperanza viva mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. (1 Pedro 1:3)
En cada uno de los versículos que acabamos de citar, habla no de Jesús, sino del Dios de Jesús. Recordamos que Jesús decía a la mujer no Judía: “Nosotros adoramos lo que conocemos”. Por lo tanto Jesús adora el mismo Dios que nosotros deberíamos adorar.
No hay ningún lugar en la Biblia que muestra que Jesús se adoró a si mismo.
La idea equivocada que la mayoría de la gente tiene acerca de Dios es que su nombre es Jesús. Jesús no es el Dios de los Judíos y él no es el Dios que se nos manda adorar. En vez de eso nos manda adorar al Dios de Jesús.
Entonces, ¿Quién es “el Dios de los Judíos” (Romanos 3:29), "el Dios de Israel” (Lucas 1:68), y "el Dios de nuestro Señor Jesús" (Efesios 1:17)?
El nombre de este Dios es muy importante, porque Jesús nos enseñó a orar:
Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu nombre. (Mateo 6:9)
La primera cosa y más importante es que el nombre de Dios sea santificado. Ese nombre fue santificado en la Biblia unas siete mil veces. Tan importante es ese nombre que si su Biblia no lo usa debería cambiarla por otra que si lo usa.
Abra su Biblia al primer libro llamado Génesis, capítulo 2 y versículo 4. ¿Se lee como sigue?
Esta es una historia de los cielos y la tierra en el tiempo en que fueron creados, en el día que Jehová Dios hizo tierra y cielo.
Debería decir “que Jehová Dios hizo tierra y cielo”. Jehová es la traducción española por el nombre de Dios, que esta representado en Hebreo antiguo por las letras Y o J, H, W o V, H (YHWH o JHVH) Algunas Biblias modernas usan el nombre Yavé que también es una buena traducción, pero Jehová es la traducción más común, por lo tanto esta es la versión que vamos a usar en este libro.
Para una Biblia de traducir el nombre de Dios como “Señor” o “Dios” es ofensivo. No sería santificar aquel nombre que Jesús nos dijo que hiciéramos como la primer y más importante cosa por lo cual orar, ¿no es cierto?
Solamente usando el título de “Señor” o “Dios” confunde a la gente, y la lleva a pensar que el “Señor” Jesús es el “Señor” Dios.
Por lo tanto, si usted va a una congregación que usa una Biblia que no tiene el nombre de Dios, debería preguntar a su líder religioso por qué y aún mostrarle este libro. Vea si él tiene respeto al nombre de Dios o si él equivocadamente cree que el nombre de Dios es Jesús y eso quizás es la razón verdadera por la que evita usar el nombre correcto de Dios.
El nombre de Dios, Jehová, tiene un significado especial. Significa que Dios existe y que él llega a ser lo que necesita para cumplir lo que ha prometido. ¿No es eso un nombre maravillo?
Con eso otra vez comprendemos que, ¡Dios no puede morir!
Pero Jehová es en verdad Dios. Él es el Dios vivo y el Rey hasta tiempo indefinido. (Jeremías 10:10)
A Jehová se le llama muchas veces en la Biblia “el Dios vivo”.
Que tengan bondad inmerecida y paz de parte de “Aquel que es y que era y que viene”, y de los siete espíritus que están delante de su trono, y de Jesucristo, “el Testigo Fiel”, “El primogénito de los muertos”, y “El Gobernante de los reyes de la tierra”. (Revelación 1:4-5)
¿A qué se refiere el que Jesús sea “El primogénito de los muertos”?
A Dios ningún hombre lo ha visto jamás; el dios unigénito que está en la posición del seno para con el Padre es el que lo ha explicado. (Juan 1:18)
La misión de Jesús era ‘explicar’ o dar a conocer a Dios y eso fue precisamente lo que hizo y esta registrado para nosotros en la Biblia.
A los enemigos de Dios no les gustaba la manera en que Jesús daba a conocer a Dios, por lo tanto lo mataron.
Las Escrituras nos dicen lo siguiente acerca de “las primeras cosas”, sí, lo básico acerca del cristianismo primitivo.
Porque les transmití, entre las primeras cosas, lo que yo también recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue enterrado, sí, que ha sido levantado al tercer día según las Escrituras. (1 Corintios 15:3-4)
Recuerda, la base para entender acerca del “Dios de nuestro Señor Jesus” es que Él no puede morir; sin embargo, Jesús sí murió y estuvo muerto por tres días antes de que “el Dios de nuestro Señor Jesús” lo resucitara. Por lo tanto, Jesús no puede ser Dios.
Lo que hace que la muerte y resurrección de Jesús sea tan sobresaliente es que la Biblia nos dice que él fue “el primogénito de entre los muertos”. Eso quiere decir que nadie antes de él fue resucitado como él fue resucitado; él fue el primero.
Esto nos lleva a otra idea equivocada acerca de Dios y la manera en que Él nos creó. La mayoría de las personas creen que Dios nos hizo a los humanos de una forma que, al igual que Él, nunca muriéramos. Ellos dicen que nosotros tenemos algo, llamado espíritu o alma, que continua viviendo después de la muerte del cuerpo.
Si esto fuera cierto, entonces la muerte y resurrección de Jesús no hubiese sido tan especial, ¿verdad?
La Biblia nos dice este hecho acerca de Jesús después de su resurrección:
(Jesús) el único que tiene inmortalidad, que mora en luz inaccesible, a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver. (1 Timoteo 6:16)
“El Dios de nuestro Señor Jesucristo” dio inmortalidad solamente a Jesús, algo que él no tenía antes de venir a la tierra, además él fue el primero en recibir inmortalidad. Por eso en el tiempo en que Pablo escribió a Timoteo, el dijo que Jesús “era el único que tiene inmortalidad.” Además el decía acerca de Jesús después de su resurrección “que mora en luz inaccesible, a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver.”
¿Que nos dice esto acerca de Jesús?
Consideremos los siguientes versículos:
Porque la muerte que él murió, la murió con referencia al pecado una vez para siempre; pero la vida que vive, la vive con referencia a Dios. (Romanos 6:10)
Él entró —no, no con la sangre de machos cabríos y de torillos, sino con su propia sangre— una vez para siempre en el lugar santo, y obtuvo liberación eterna para nosotros. (Hebreos 9:12)
Hemos sido santificados mediante el ofrecimiento del cuerpo de Jesucristo una vez para siempre. (Hebreos 10:10)
Pues, hasta Cristo murió una vez para siempre respecto a pecados, un justo por injustos, para conducirlos a ustedes a Dios, habiendo sido muerto en la carne, pero hecho vivo en el espíritu. (1 Pedro 3:18)
Dios, quien no puede morir, envió a Su Hijo a morir. Su cuerpo, su carne, fue sacrificado como rescate en cambio por nuestra salvación de la muerte.
En la última cena Jesús instruyó:
También, tomó un pan, dio gracias, lo partió, y se lo dio a ellos, diciendo: “Esto significa mi cuerpo que ha de ser dado a favor de ustedes. Sigan haciendo esto en memoria de mí”. (Lucas 22:19)
Jesús decía que su cuerpo había de ser dado a favor de nosotros y eso significa que el cuerpo que murió no fue el mismo cuerpo que resucitó.
1 Pedro 3:18 dice que Jesús fue “muerto en la carne, pero hecho vivo en el espíritu.”
El cuerpo de Jesús fue dado en sacrificio y “el Dios de nuestro Señor Jesús” lo removió antes que viera la corrupción como fue profetizado en las Escrituras:
Por eso también dice en otro salmo: ‘No permitirás que el que te es leal vea corrupción’. (Hechos 13:35)
Porque no dejarás mi alma en el Seol. No permitirás que el que te es leal vea el hoyo. (Salmos 16:10)
Vio de antemano y habló respecto a la resurrección del Cristo, que ni fue abandonado en el Hades ni su carne vio corrupción. (Hechos 2:31)
Después de la resurrección de Jesús, su cuerpo espiritual inmortal podía aparecer y desaparecer, además tomar formas como uno parecido al que tenía antes, con huecos en sus manos y pies (Juan 20:24-29), o como un jardinero (Juan 20:15) o como un extraño caminando por el camino (Lucas 24:15-31).
Al entender acerca de quien es Dios y quien es Jesús, comprendemos que nosotros los humanos no somos como ellos.
Si alguien se le acerca y le trata de enseñar que somos inmortales, que tenemos un espíritu o alma inmortal, debería pedirle que le enseñe dónde en la Biblia enseña tal idea. No hay, de hecho, ningún lugar en la Biblia que nos comunique tal idea.
Esa manera de pensar no vino de los Judíos y recuerde que Jesús dijo en Juan 4:22 que “la salvación se origina de los judíos .”
En The Concise Jewish Encyclopedia (1980) dice:
“La Biblia no presenta doctrina alguna de la inmortalidad del alma, ni surge ésta de manera clara en la literatura rabínica [judía] primitiva. ... Con el tiempo la creencia de que alguna parte de la personalidad humana es eterna e indestructible llegó a ser parte del credo rabínico y se aceptó casi universalmente en el judaísmo de años posteriores.”
Ni Jesús ni los judíos que vivían en aquel tiempo creían que los humanos poseían almas inmortales; esa creencia vino muchos años después.
La idea de que las personas poseían almas o espíritus inmortales no es de origen judío ni cristiano.
Algún predicador pudiera mostrarle en las Escrituras Mateo 10:28 y decirle que eso enseña que el alma nunca muere. Pero usted debería pedirle que leyera el versículo completo de principio a fin. Lo que en realidad enseña dicho versículo es que Dios puede destruir el alma cuando uno muere. Eso nos muestra que es importante dejar que sea la Biblia misma quien nos explique y no dejar que personas con ideas equivocadas acerca de Dios lo hagan.
La Biblia nos explica que es la muerte y no es difícil de entender. Entender lo que es la muerte nos ayuda a comprender a Dios y por qué la enseñanza acerca de la resurrección de los muertos es tan importante para nuestra salvación.
Piense en esto por un momento: Si todos nosotros tuviésemos espíritus o almas inmortales que continuaran viviendo después de que nosotros muriéramos, ¿por qué necesitaría Dios enviar a Su Hijo a morir por nosotros?
La mayoría de las personas que no entienden acerca de Dios contestarían a esta pregunta diciendo que era para salvarnos de un lugar de tormento llamado infierno. Pero, ¿no sería eso contrario al amor de Dios?
Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna. (Juan 3:16)
La Biblia muestra que solo hay la destrucción de uno al tiempo de morir como castigo o la vida eterna a través de la resurrección como recompensa.
Dios no da la vida eterna o inmortalidad a una persona como una forma de castigo para atormentarla para siempre. Por que a fin de cuentas esa persona tendría que tener vida para poder sentir el tormento si hubiese ese castigo, ¿no es cierto?
Entren por la puerta angosta; porque ancho y espacioso es el camino que conduce a la destrucción, y muchos son los que entran por él; mientras que angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la vida, y pocos son los que la hallan. (Mateo 7:13-14)
Por lo tanto, ¿qué piensa usted? La mayoría de las personas tienen la idea equivocada acerca de Dios y acerca de la muerte. Usted, sin embargo, mediante tener la idea correcta acerca de Dios y acerca de la muerte, puede entender lo que realmente trata el cristianismo verdadero.
Hay cristianos hoy en día que sí santifican el nombre de Dios, Jehová, y creen que Él no puede morir. Ellos enseñan que Su Hijo sí murió pero que “el Dios de nuestro Señor Jesucristo” lo resucitó con un cuerpo espiritual inmortal y que él ahora esta en los cielos con el Dios que lo resucitó.
Estos cristianos entienden que es la muerte, y porque lo entienden, ellos también comprenden que es la resurrección.
Aunque Jesús fue el primero en ser resucitado a la vida eterna o inmortal, él no sería el único. Dios lo resucito y le dio una asignación muy importante.
El apóstol Pablo lo mencionó en el siguiente versículo:
Tengo esperanza en cuanto a Dios, esperanza que estos mismos también abrigan, de que va a haber resurrección así de justos como de injustos. (Hechos 24:15)
Y Jesús mismo prometió:
No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán. (Juan 5:28-29)
Si, “va a haber resurrección así de justos como de injustos”, y “todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz [de Jesús] y saldrán.” Esta resurrección no sería en los cielos, sino en una tierra hecha un paraíso.
¿Por qué los injustos serían resucitados?
Bueno, ¿qué pedía el hombre injusto que murió al lado de Jesús?
Y pasó a decir: “Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu reino”. Y él le dijo: “Verdaderamente te digo hoy: Estarás conmigo en el Paraíso”. (Lucas 23:42-43)
¿No es cierto que aquel hombre injusto estaba pidiendo a Jesús una nueva oportunidad? A las personas injustas se les dará una nueva oportunidad para cambiar bajo la gobernación de Cristo sobre nuestra Tierra; o sea “cuando Jesús entre en su reino”.
Todo esto es parte de las “buenas nuevas del reino” que los cristianos primitivos están predicando hoy en día. Es la obra que fue profetizada que ellos harían antes de venir el fin de este sistema de cosas. Usted puede leer acerca de esto en su Biblia en Mateo 24:14:
Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
Cuando estos cristianos vengan a su casa para ayudarle a entender su Biblia, ¿por qué no imita al hombre que hizo lo siguiente?
De modo que el espíritu dijo a Felipe: “Acércate y únete a este carro”. Felipe corrió al lado y le oyó leer en voz alta a Isaías el profeta, y dijo: “¿Verdadera-mente sabes lo que estás leyendo?”. Él dijo: “¿Realmente, cómo podría hacerlo, a menos que alguien me guiara?”. Y suplicó a Felipe que subiera y se sentara con él. (Hechos 8:29-31)
Si, pídales que se sienten con usted para ayudarle a entender las Escrituras. Ellos estarán encantados de poder ayudarle y además nunca le pedirán dinero a cambio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente explicación. Sin palabras. Jah te bendiga.